Como en un cuento de hadas decidimos inventarnos nuestra historia, y viajar por las calles de la antigua Roma. Para recordarle a la ciudad, los rincones tan llenos de magia que tiene escondidos.
Y escondidos entre esos lugares, andábamos tú y yo jugando a escondernos entre caricias, besos y versos.
Besos que llevaban mucho tiempo esperando a ser dados. Versos que ya te había dicho sin tú saberlo.
Dijiste que puse el listón alto esa noche, y lo cierto es que sí. Más de uno hubiese dado lo que fuera por viajar de la mano contigo.
De leer las paredes, de tratar de averiguar el ‘porqué’ y el ‘cómo’, sin pretender el ‘qué’ ni el ‘cuando’.
Y no me malinterpretes si te digo esto,
ya que fuiste tú la que puso el broche a aquella noche.
-¿Próximo destino?
Hermoso y real eso de descubrirle a la ciudad los secretos y lo hermoso que encierra. Breve, intenso, tierno y bello. Salud.
Julio
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Pues sí, muy real Julio. Y eso es lo que lo convierte tan fácil y bonito. ¡¡Gracias!!
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